El Almacén de la Sal de Playa Blanca, construido hace un siglo por la familia Lleo Benlliure, se utilizaba para almacenar la sal, producto básico y preciado en épocas de escasez, que se producía en las Salinas de Janubio antes de ser transportada mediante veleros y barcazas a las islas vecinas de Fuerteventura y Gran Canaria.
Hoy en día el almacén alberga a uno de los restaurantes más peculiares de la isla de Lanzarote – por su ubicación entre los muros antiguos, su decoración original, la música en vivo, el servicio impecable, la espléndida terraza a un paso de la playa con vistas al mar y a la isla de Fuerteventura y también es cita obligada para quienes aprecian de manera especial la calidad de las materias primas.