Constituye uno de los edificios más emblemáticos de la villa de Ampudia por su historia y su porte señorial. Originalmente fue la residencia del Abad de la Colegiata de San Miguel, a quién se dirigió Don Diego García de Tovar, notario de Madrid y posteriormente de Ampudia y hermano del Chantre de la Colegiata, Don Francisco García de Tovar, a finales del siglo XVIII.
Los materiales empleados en su construcción, son los clásicos de la zona: Piedra en los zócalos y portalón de entrada, muros de gran porte de adobe y piedra, forjados compuestos de vigas, viguetillas y tarima de madera con revoco de yeso inferior y bóvedas de capas de rasilla agarradas con yeso.
La rejería y forja de los balcones, así como de bastantes de las puertas del interior de la casa y portalón, son originales del siglo XVII.
Debido a su protección Integra dentro del Catálogo de Bienes Protegidos de la Villa de Ampudia, el edificio se ha rehabilitado totalmente manteniendo prácticamente en su integridad toda la singular distribución del edificio, intentando conjugar la atmósfera original con un interiorismo muy cuidado, realizado por uno de los cuatro hermanos propietarios del hotel, el Arquitecto Ángel García Puertas, que hace contrastar e incluir sin colisión multitud de detalles contemporáneos.